Nuestra tecnología permite cubrir la superficie interior de una prótesis vascular con células del propio paciente

1.- ¿En qué consiste su idea y en qué institución surge?

Uno de los grandes retos actuales de la Medicina consiste en mejorar la tolerancia de los implantes vasculares. La permanente exposición de estos implantes al flujo sanguíneo hace que la biocompatibilidad sea de máxima importancia para el éxito de la terapia. A pesar de los grandes avances en biomateriales de los últimos años, la limitada biocompatibilidad de los stents y las prótesis vasculares actuales sigue siendo uno de los principales factores limitantes del éxito y del campo de aplicación de las terapias vasculares quirúrgicas.

Para dar respuesta a estas necesidades clínicas, Vascuzell ha desarrollado una nueva tecnología que permite recubrir implantes tubulares con células vasculares de una forma segura, rápida y eficiente usando campos magnéticos. De esta manera se puede recubrir la superficie interior de una prótesis vascular con una capa de células del propio paciente antes de su implantación. Estas células evitan el contacto directo de la sangre con el material sintético por lo que aumenta la biocompatibilidad y se evitan reacciones de rechazo.

Como en todo proyecto científico hemos alternado momentos de gran euforia ha medida que avanzaban los resultados, con momentos de incertidumbre debido a las necesidades financieras para afrontar determinados ensayos durante la fase de desarrollo de la tecnología.

Sin embargo hemos recibido un gran reconocimiento y apoyo por las diversas entidades clínicas y universitarias con las que hemos trabajado. Esto nos ha motivado a seguir adelante y a creer en el gran potencial del proyecto.

Creo que el éxito científico de Vascuzell se debe sin duda al trabajo interdisciplinario de su equipo que ha permitido abordar la complejidad biológica del proyecto, buscando soluciones prácticas desde la perspectiva de la ingeniería. Quisiera destacar el excelente trabajo de los miembros del equipo de Vascuzell Dr. Joachim Aigner (biólogo), María Ruiz Escribano (ingeniera) y Ursula Hopfner (bióloga).

Creo que sí ha mejorado. En mi opinión iniciativas como madri+d están consiguiendo incentivar a jóvenes emprendedores en los entornos universitarios y científicos. Sin embargo creo que debería realizarse aún un esfuerzo mayor para acercar las empresas a las universidades.

En las universidades españolas, por lo general, se echa de menos una mayor proyección empresarial y muchos proyectos con grandes perspectivas resultan inviables por la falta de recursos y de espíritu emprendedor entre los estudiantes. En otros países como Alemania o Francia, las empresas están muy presentes en las universidades y ofrecen a los estudiantes la posibilidad de realizar proyectos con gran proyección industrial. De esta forma los estudiantes pueden asomarse a la realidad industrial y orientar sus carreras profesionales con mejor criterio y de acuerdo a sus intereses. A su vez la interacción temprana con las empresas contribuye a alentar el espíritu emprendedor entre los estudiantes, ya que les enfrenta ante el dilema fundamental de cualquier proyecto emprendedor: cómo convertir una gran idea en un proyecto empresarial viable.